Gilles Lipovetsky analizó el híper consumo y la sociedad postmoderna en charla en la UC
noviembre 24, 2015
El escritor, filósofo francés y profesor de la Universidad de Grenoble, Gilles Lipovetsky, dictó una clase magistral en la Facultad de Educación de la UC, en la que analizó el híper consumo actual, la fragmentación de los modelos colectivos de creencias, la individualización del sujeto post moderno y el rol del debate y la información en las sociedades actuales.
En la charla, que formó parte del Ciclo de Conferencias “Implicancias de vivir e investigar en un mundo híper-moderno”, el escritor francés explicó que nuestra sociedad aumentó su capacidad de consumo tras la Segunda Guerra Mundial. Esto se debe a que la vida se modernizó con la compra de bienes y nueva tecnología. “Ya no estamos en la sociedad del consumo, sino en la del híper-consumo, aplicada a la postmodernidad. En la década del 50 ó 60 había un televisor, un teléfono y un automóvil por familia. El consumo era colectivo, familiar”, señaló Lipovetsky y agregó que en la actualidad tenemos un pluri-equipamiento de los hogares, “ya que allí donde antes existía equipamiento colectivo, ahora existe equipamiento por persona. Vemos una híper-individualización del consumo. Incluso los hogares de los desempleados tienen hasta tres televisores”.
El autor aseveró que esta híper-individualización del consumo ocurre porque ha cambiado la forma de consumir ya que antes se realizaba para ostentar. Según Lipovetsky, se consumía para “impresionar o buscar algún estatus frente al entorno. Hoy, el consumo compra y busca otras ganancias a nivel personal: placer, emoción, aventura, comunicación con el prójimo, experiencias lúdicas. El consumo de hoy crea algo relacional, para estar en contacto con quienes nos rodean”.
De esta manera, pasamos del capitalismo de producción al capitalismo cultural, señaló el filósofo francés. “Pasamos de un consumidor de estatus y homogénico a otro consumidor de tipo emocional y atomizado. Ya no compro para otros, sino para mí mismo. Hay una suerte de intimización del acto; la gente quiere sentir cosas, vivir experiencias nuevas.
Las contradicciones del consumo
Este consumo emocional representa una paradoja, agregó Lipovetsky. “Porque a pesar de ser emocional, este tipo de consumo no es impulsivo, sino reflexivo. El híper consumidor de hoy es informado, busca circuitos y alternativas más económicas, no es puramente adictivo. Lo esencial es una reflexividad ante el mercado, se informa, compara, exige. Por ello, representa una paradoja”.
El filósofo expuso que la segunda situación paradojal proviene de que este neo consumidor, mientras más compra, mayor conciencia ecológica y preocupación sanitaria demuestra. “Viene a ser un balance. Al consumidor le interesa el planeta y su entorno inmediato. El exceso de información circulante genera una contradicción y una perplejidad en el ciudadano, que en vez de comprar de manera impulsiva, actúa con cautela e incertidumbre en sus decisiones” profundizó.
La información fue complejizando el consumo, caracterizó. “Estamos en el exceso del saber, donde la proliferación de información ha complejizado hasta las acciones más naturales. Aumenta la ansiedad, y los que eran comportamientos antropológicos, como comer, correr o jugar, fueron engullidos por el modelo hasta transformarlos también en productos de consumo. Estamos frente a una mercantilización integral de todos los modos de vida, incluso de las cosas que eran las más elementales”, sentenció.
A pesar de que el híper consumismo de hoy enfrenta muchas críticas, no debemos satanizar por completo, advirtió el francés. “Por supuesto, no todo es malo en nuestras sociedades post modernas. Ha mejorado la salud, la educación, la vivienda; el acceso a los bienes culturales se ha masificado”.
El filósofo señaló que el consumo puede ser detestable cuando la vida del individuo gira en torno a él. “Lo que me aproblema es cuando la vida gira en torno al consumo. Y allí es donde la educación debe proponer otros modelos de vida, distintos al imperante de hoy. El ser humano es capaz de crear, de amar, de hacer familia, de hacer arte, y eso no tiene nada que ver con el consumo. Hay que cambiar el sistema educacional para que la vida no sea esclava del consumo, ya que la parte central de la vida es pensar, amar, compartir y crear”, señaló.
El futuro de la sociedad
Para el filósofo, antes las opciones de vida estaban reguladas por las grandes verdades o el Estado, pero que hoy se han fragmentado en necesidades y acciones individuales lo que genera que esta tendencia hacia la híper individualización sea irreversible aunque existan ciertas resistencias. “Nunca en el mundo hubo tanta vida asociativa. No cuento solo yo y mi selfie, ni mi narcisismo. Mientras más individualismo en el mercado, más organizaciones benéficas y asociativas parecen surgir. Porque hay un individualismo que es irresponsable y piensa solo en él, pero hay otro que también piensa colectivamente. Ese es el que protesta contra la corrupción y contra las desigualdades”, ejempli
Al mismo tiempo, el académico señaló que estamos en una sociedad compleja y de mucha incertidumbre, pero que el combate del futuro debe ser responsable, democrático y de carácter colectivo. “Efectivamente estamos en sociedades en conflicto y en debate permanente, pero ese es el precio que debemos pagar por vivir en sociedades libres”, finalizó.
Texto: Francisco Zabaleta, facultad de Educación.