Las claves para entender el rol del profesor colaborador
noviembre 30, 2018
Actualmente más de cien docentes colaboran con la Red Educacional UC, iniciativa impulsada por la Facultad de Educación de la Pontificia Universidad Católica de Chile para establecer un vínculo activo entre el mundo académico y el sistema escolar. La iniciativa, que ya reúne a unos 50 establecimientos en red en la Región Metropolitana, busca potenciar las prácticas pedagógicas de los alumnos y alumnas de la facultad.
Los futuros docentes de la facultad desde el primer año de carrera se aproximan al sistema escolar de la mano de esta red de colegios y de las profesoras y profesores colaboradores. ¿El objetivo? que los estudiantes desde temprano puedan desarrollar destrezas laborales auténticas con la ayuda de las y los profesionales inscritos en esta red de apoyo.
Este año la universidad quiso reconocer la labor de nueve establecimientos educacionales por su rol de compromiso con la formación de los jóvenes. La docente de la Facultad de Educación UC, Magdalena Müller, nos explica la importancia del feedback en este contexto, que involucra tanto la colaboración de profesores como el aprendizaje de los estudiantes de las distintas carreras de Pedagogías.
¿Por qué es importante el rol del profesor colaborador?
Su rol tiene varias dimensiones, pero una muy relevante es lograr coherencia con la formación, nos explica la académica. “El profesor colaborador es la experiencia más auténtica que los estudiantes tienen, en la que se pone en juego si lo que aprenden en la universidad puede aplicarse o no”, comenta y añade que si no existen modelos que “encarnen lo que están aprendiendo en la universidad es difícil que se desvinculen de lo que traen de su vida escolar. En este caso, lo que aprenden en la universidad pasa a ser algo teórico que funciona sólo en el contexto académico, pero no en la práctica.”
Para la académica es fundamental que los practicantes encarnen aquello que trabajan en los cursos y que esto sea un ejemplo del tipo de estrategias, prácticas generativas, discusiones, interacciones de aula que genera aprendizaje. Al mismo tiempo, expresa que esto sirve para retroalimentar el contenido que surge desde la Facultad de Educación y probar si este funciona para satisfacer las necesidades de los profesores, “así como también saber qué tan efectiva es la formación, es decir, cuán preparados están nuestros estudiantes para enfrentar lo que son las relaciones pedagógicas a nivel auténtico”.
La retroalimentación entre profesores y los futuros docentes
La retroalimentación, según Magdalena Muller, se generará entre profesores y futuros docentes cuando estos últimos van poniendo sus conocimientos en práctica. “Por ejemplo, nos han dicho (profesores colaboradores) que les falta preparación en estrategias de jefatura o en manejo de relaciones con los estudiantes. Asimismo, que tienen pocos recursos para trabajar con apoderados”, señala la académica UC y agrega que desde la facultad han tratado de incluir una trayectoria de formación que tenga que ver con la comunicación con los padres.
A su vez, explica que los estudiantes trabajan con simulaciones de entrevista en el caso que no puedan tenerlas en el contexto auténtico, que es el colegio. En este sentido, van poco a poco observando una reunión de padres, después haciéndose cargo de un segmento de la reunión, para terminar dirigiendo los resultados que son posibles gracias a la retroalimentación de los profesores en los colegios y a las oportunidades de simulación que les otorga la Facultad de Educación UC.
Por otro lado, la académica señaló que los estudiantes están interesados en generar valor en el manejo disciplinario de las interacciones de aula y en el manejo e implementación de rutinas y ambientes de aprendizaje. Todas estas habilidades se construyen y se van aprendiendo paulatinamente, lo que además funciona como feedback para que los estudiantes lleguen con mejores rutinas de transición, instrucción y manejo de la tensión.
“Un feedback que también es importante es cómo nuestros estudiantes van desarrollando herramientas para hacerse cargo de la diversidad en el aula. Ellos nos cuentan que este es un aspecto que tienen que trabajar con más fuerza, por lo que lo trabajamos nutriendo al equipo respecto a cuáles son las necesidades concretas que van enfrentando cuando se encuentran ejerciendo su práctica profesional”, comenta Magdalena Muller y añade que en ese sentido se destaca la formación disciplinaria, la innovación, la capacidad, las ideas y el compromiso.
La importancia de la experiencia práctica
La académica de la Universidad Católica señaló que lo importante de desarrollar una práctica es que esas experiencias “están muy relacionadas con el trabajo cotidiano en establecimientos en los que se tiene mucho tiempo y en los que se va dejando huella”, y agregó que en los “programas de párvulo los alumnos van durante un semestre, pero los que vienen después se van parando sobre el trabajo de los otros y van dejando huella en los establecimientos. Es una forma de trabajo conjunto a partir de la cual quisimos poner desafíos escalares, es decir, no trabajar sólo con algunos colegios, sino que esta forma de trabajo se vaya extendiendo a otros”, destacó.
En este sentido, para Magdalena Muller, la cantidad de años no pesa tanto como la calidad de la experiencia, por lo que permiten que las y los estudiantes realicen su práctica en establecimientos que representen el concepto de colaboración. “Estas experiencias generalmente tienen que ver con los desafíos del colegio, a partir de los cuales colaborador y estudiante trabajan en conjunto con el apoyo del supervisor, que resuelvan problemas y puedan implementar herramientas, prácticas digitales, modelos de trabajo, arte escénica, etc”, indicó y enfatizó en que desde Educación UC quisieron destacar distintas disciplinas académicas y que no fueran solamente lenguaje y matemáticas, sino que también se abordaran distintas áreas y programas.
“La idea es que los profesores puedan salir y ver que esto es lo que se valora”, destacó la experta, “y para los que no tengan esa experiencia, aquellos que no han tenido ese nivel de colaboración con los estudiantes, puedan ver que existe este potencial y que se puede llegar a este nivel de colaboración, en el que los estudiantes realmente influyen en lo que pasa en la interacción y el aprendizaje en los colegios.”