Columna de opinión: ¿Para qué nuevas sociedades estamos educando?

Estamos viviendo en tiempos de marcada incertidumbre. La crisis climática nos anticipa escenarios complejos para la humanidad. Los movimientos sociales y políticos en Latinoamérica y el mundo, sumados a la pandemia por COVID-19, acarrean transformaciones en múltiples dimensiones, entre ellas la educativa. Hoy en día, formarse como investigadora o investigador en educación permite estudiar estos cambios en profundidad y proponer alternativas pertinentes, contextualizadas y con alto impacto social ante su complejidad.

¿Para qué nuevas sociedades estamos educando? ¿Cuáles saberes, habilidades y afectos son requeridos/as para vivir en bienestar y armonía socio-ecológica? ¿Qué nuevo rol asignaremos a la educación y la formación docente tras el estallido social? ¿Cómo construir sistemas educacionales que sean justos, relevantes contextualmente y que no estereotipen por condiciones como el género?

Estas son algunas de las preguntas, no exhaustivas, que llaman a la reflexión y acción, motivando a profesionales, interesados en educación, a aprender a desarrollar investigación con impacto social. El programa de Doctorado en Educación de la Pontificia Universidad Católica de Chile, tras 30 años de funcionamiento, permite proyectar nuevas aristas de investigación en tiempos de alta incertidumbre, manteniendo su excelencia académica y una trayectoria que lo avala nacional e internacionalmente.

Muchas veces se piensa que estudiar un doctorado es una forma más de credencialismo orientado a los avances personales. Sin embargo, un doctorado en educación implica involucrarse y tomar posición sobre los desafíos, debates y tensiones propias de una de las dimensiones humanas que crea y transforma la cultura; la educación. En este sentido, las nuevas preguntas que guiarán un proceso indagatorio exhaustivo, sistemático y en conexión con los procesos de cambio actual, distan de buscar una respuesta única. Son ventanas de apertura hacia la creatividad y el compromiso propio con realizar investigación de alto impacto social.

El programa de Doctorado en Educación de la UC permite dar forma a las inquietudes intelectuales de sus doctorantes y movilizarlas en una formación que combina tanto el aprendizaje de metodologías para construir conocimiento como la profundización de la temática de interés de quien la estudia. Por ejemplo, la interrupción de la escolaridad producto de la pandemia por COVID-19 requiere de miradas en perspectiva, que cambien el foco tradicional de “cerrar la brecha” a uno que ponga a las comunidades educativas y sus necesidades en el centro. No sin antes utilizar, de modo crítico, las herramientas de evaluación formativa y medición educacional que provean de una panorámica de lo que viven niñas y niños en sus distintas realidades.

Del mismo modo, estudiar las controversias socio-ambientales en la escuela, saliendo de los paradigmas clásicos del desarrollo sostenible es una posibilidad en el programa de Doctorado en Educación de la UC, contando con el apoyo de académicas/os, que actualmente crean conocimiento sobre formación ciudadana.

Estamos viviendo en tiempos de marcada incertidumbre. La crisis climática nos anticipa escenarios complejos para la humanidad. Los movimientos sociales y políticos en Latinoamérica y el mundo, sumados a la pandemia por COVID-19, acarrean transformaciones en múltiples dimensiones, entre ellas la educativa. Hoy en día, formarse como investigadora o investigador en educación permite estudiar estos cambios en profundidad y proponer alternativas pertinentes, contextualizadas y con alto impacto social ante su complejidad.

Valeria Cabello, jefa del programa de Doctorado en Educación de la UC