Matrícula de honor: 36 estudiantes de Educación UC recibieron reconocimiento a la excelencia académica

Las y los estudiantes fueron destacados por acreditar un excelente rendimiento académico en su ingreso a la universidad o durante su permanencia en ella. 

En el Auditorio Gabriela Mistral de Educación UC se llevó a cabo la ceremonia de Matrícula de Honor, junto a autoridades de la Facultad, estudiantes, familiares y cercanos. El evento tiene como objetivo reconocer la excelencia académica de las y los estudiantes de pregrado que hayan acreditado un excelente rendimiento académico en su ingreso a la universidad o durante su permanencia en ella. 

Tradicionalmente la Facultad celebraba la ceremonia de matrícula de honor en la inauguración del año académico, pero desde hace algunos años se decidió reservar la entrega del reconocimiento en un evento especial y separado, indicó la directora de Pregrado de Educación UC, Malba Barahona. 

Durante su intervención, la académica reflexionó sobre el concepto de excelencia, desde dos implicancias fundamentales. “La primera es la gratitud. El lugar de excelencia que ocupan es fruto del apoyo y empuje de muchos otros. Sus familias, profesores, amigos. Es su esfuerzo, por supuesto, pero deben tener gratitud con quienes los han apoyado y guiado. Sus talentos fueron donados y deben ser agradecidos”, mencionó Malba Barahona. 

“En segundo lugar, entonces, la excelencia supone un profundo sentido de responsabilidad: sus talentos y habilidades destacadas es importante que las vuelquen a otros, a sus comunidades, sus pares, a aquellos otros que no han tenido ni los apoyos ni las oportunidades”, añadió la académica. 

La directora de Pedagogías Interfacultades de Educación UC, Ainoa Marzábal, en tanto mencionó n que las y los reconocidos durante la jornada son “líderes en sus programas, y esperamos que esta experiencia les permita ser también líderes en los jardines, escuelas, colegios o liceos donde se van a insertar profesionalmente”. 

Al respecto, la académica ahondó en qué significa ser un educador o un profesor líder en la escuela. “Implica impulsar una visión común del aprendizaje en la comunidad, ver más allá del trabajo diario, de la experiencia de la clase. Reconocer oportunidades, aprovechar los recursos, colaborar con colegas, valorar sus experiencias y conocimientos, impulsar proyectos. Esto requerirá pasión, esfuerzo, tenacidad y compromiso. No siempre será fácil, pero es un desafío que vale la pena”, mencionó Marzábal. 

Dafne Polanco, estudiante de Pedagogía en Inglés para Educación Básica y Media, entregó un discurso al cierre de la jornada. Allí destacó que este reconocimiento, más que un reconocimiento personal, es “un testimonio del poder del esfuerzo, la perseverancia y el interés por el aprendizaje”.

“Nos recuerda que el camino hacia la excelencia está pavimentado con disciplina y compromiso, pero también con alegría y satisfacción por cada logro alcanzado. Este premio no sólo representa el resultado de esfuerzos individuales, sino también el fruto del apoyo y la colaboración de toda una comunidad educativa. Cada uno de nosotros contribuye de manera única al tejido de conocimiento y creatividad que nos impulsa hacia adelante”, mencionó la estudiante. 

Amaya Lorca, estudiante de Pedagogía en Educación Parvularia, también entregó un discurso durante la ceremonia, enfocándose en un relato del artista, ilustrador y escritor irlandés Oliver Jeffers. “Las educadoras y educadores acompañamos las infancias. Todas las infancias. Es una labor compleja y ardua, pero por sobre todo, impostergable”, mencionó la estudiante. 

“Es nuestra labor acompañar el aprendizaje y desarrollo de los niños y niñas, pero debemos hacerlo concibiendo las infancias desde su totalidad. Porque no basta con garantizar sus conocimientos, debemos mirar y considerar sus afectos y emociones”, complementó Amaya Lorca.