Seminario abordó el rol de la interculturalidad en la educación
junio 13, 2025
La actividad, organizada por la Facultad de Educación UC y el Centro de Estudios Interculturales e Indígenas (CIIR), contó con la charla magistral de Melinda Webber, destacada académica maorí de la University of Auckland
“El impacto de la conexión cultural en la experiencia educativa” fue el tema central del seminario realizado el pasado martes 3 de junio en el Auditorio Gabriela Mistral de Educación UC. La actividad, organizada por la Facultad de Educación UC y el Centro de Estudios Interculturales e Indígenas (CIIR), contó con la charla magistral de la destacada académica maorí Melinda Webber, profesora titular de The University of Auckland, co-directora de Ngā Pae o te Māramatanga (NPM), Māori Centre of Research Excellence, reconocida internacionalmente por su trabajo en educación indígena, identidad cultural y éxito escolar.
El encuentro, desarrollado en el marco del proyecto Fondecyt Iniciación 11220756 “Challenges and possibilities for an intercultural visual arts education (2022-2025)” liderado por la investigadora y académica de Educación UC Verónica García Lazo, reunió a investigadoras/es, académicos y representantes del mundo educativo y artístico, quienes reflexionaron en torno al vínculo entre cultura, conocimiento y justicia educativa. El evento se realizó gracias al financiamiento de ANID, Vicerrectoía de Investigación UC y el CIIR.
Malba Barahona, directora de Pregrado de la Facultad de Educación UC, entregó palabras al comienzo del evento, destacando que “la interculturalidad no puede ser concebida como una mera incorporación de contenidos culturales en el currículum. Es más bien una posición ética y política que nos interpela como formadores de docentes”. Allí planteó las siguientes dudas: ¿qué entendemos por interculturalidad? ¿Cómo se enseña? ¿Qué saberes privilegiamos en nuestras aulas y cuáles seguimos marginando? Estas preguntas, señaló, son especialmente relevantes en una facultad de educación, cuyo rol es formar profesionales capaces de dialogar con la diversidad y transformar prácticas desde la justicia epistémica y social.
“El trabajo de la profesora Webber nos invita a complejizar aún más esta conversación. Su investigación reciente evidencia que aunque muchos líderes escolares declaran comprometerse con pedagogías culturalmente responsivas, en la práctica siguen existiendo brechas entre lo que se dice y lo que se hace, especialmente cuando se trata de medir y asegurar aprendizajes significativos para estudiantes indígenas”, indicó.

Modelo Mana: conexión cultural
La profesora Melinda Webber, en su charla magistral, presentó el Modelo Mana, desarrollado en Aotearoa, Nueva Zelanda, para fortalecer la conexión cultural y el bienestar de los estudiantes. ¿Qué tipo de ancestro queremos ser?, invitó a pensar. Desde la cosmovisión Māori se debe navegar el mundo asumiendo responsabilidad hacia losantepasados, el presente y el futuro. “Siempre nos relacionamos simultáneamente con quienes han influenciado nuestro conocimiento, con quienes trabajan con nosotros en el presente y con quienes participarán en nuestro trabajo en el futuro”, planteó. Aquí emerge el concepto de Mana como el potencial de cada persona de transformar positivamente el mundo y contribuir a la dignidad de otros. El concepto proviene de la cosmovisión Māori y refiere al sentido de autoridad, influencia, autoeficacia, propósito, orgullo y pertenencia de una persona. Un sentido seguro de mana puede influir en los pensamientos y comportamientos de los estudiantes, y fomentar la acción con propósito en el mundo para que alcancen su máximo potencial.
Si creemos que todas las personas poseen Mana, debemos ser consistentemente plenos de Mana en nuestras interacciones, incluso frente a diferencias. Si mantenemos el Mana de los estudiantes en el centro de la educación, el currículo se transforma, y nuestras pedagogías se centran en la relacionalidad, planteó Webber. Aquí, los resultados de aprendizaje se centran en los estudiantes, sus familias, comunidades y lazos significativos, en lugar de meramente en lo académico.
La profesora Webber defendió que incorporar conceptos indígenas en la educación permite comprender cómo la diversidad de idiomas, culturas y sistemas de conocimiento es valiosa y crítica para el desarrollo integral del potencial de los estudiantes. Su incorporación puede ampliar la definición de éxito para ajustarlo mejor a las aspiraciones de los estudiantes y a las diversas comunidades de las que provienen. Conceptos como Mana nos animan a reimaginar el contenido curricular, las condiciones del aula y los contextos de aprendizaje en formas que activen el potencial del conocimiento indígena en beneficio de todos los estudiantes.

Una mirada a nuestro país
A partir de esa experiencia, el historiador chileno e Investigador principal de CIIR Fernando Pairican ofreció una reflexión crítica sobre la realidad nacional. Equiparó el proceso neozelandés con los desafíos que enfrenta Chile en relación con el pueblo Mapuche y otros pueblos originarios, advirtiendo que, si bien existen esfuerzos, aún persisten obstáculos estructurales. “Los conceptos que se ocupan acá en Chile para poder aproximarnos a la interculturalidad están gobernados por la limitación que es la escena política”, sostuvo Pairican.
En su análisis, el académico apuntó que los avances reales en Chile se ven limitados por una hegemonía social y política que no comparte plenamente los derechos de los pueblos indígenas. Según explicó, las comisiones encargadas de abordar estas temáticas —como la Convención Constitucional o la Comisión de Paz y Entendimiento— han sido permeadas por intereses que buscan mantener el statu quo antes que construir soluciones duraderas. Aun así, Pairican subrayó que experiencias como la de Nueva Zelanda pueden servir de inspiración para transformar la relación del Estado chileno con sus pueblos originarios, siempre que se derriben las barreras políticas y culturales actuales. “Si no se hace esta educación”, advirtió, “las posibilidades de llegar a alguna transformación son bajas”.

¿Cómo se puede en el futuro seguir trabajando en temas de interculturalidad y de los pueblos indígenas en el sistema educacional en formas que reconstruyan relaciones considerando dimensiones estéticas y espirituales? El académico respondió refiriéndose a Azmapu, un concepto mapuche que, si bien no es equivalente al concepto de Mana, podría ofrecer un camino para pensar en educación de modo relacional en Chile.
En el cierre del seminario, la subdirectora de Género de Educación UC Ana Luisa Muñoz subrayó que no es posible hablar de justicia social ni educacional sin una justicia epistémica que reconozca la diversidad de saberes y experiencias. A partir de su trayectoria en investigación educativa, destacó que espacios como este seminario ofrecen una señal de esperanza, al abrir caminos para la construcción colectiva de conocimientos alternativos. Muñoz hizo hincapié en las “negociaciones epistemológicas” que deben emprenderse desde la academia para avanzar hacia otros contenidos posibles, y cuestionó los actuales modelos de financiamiento de la investigación, los cuales —según explicó— operan como una “camisa de fuerza” que refuerza una endogamia intelectual basada en la reputación y validación de saberes alineados con una lógica neoliberal y conservadora. En ese marco, advirtió sobre la dificultad de formular preguntas nuevas y complejas en un contexto donde los territorios demandan otras respuestas, pero esas voces son muchas veces ignoradas por los criterios dominantes de legitimidad académica.
Revisa aquí la presentación completa del seminario: